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“Sara Alé no era una persona carenciada ni de alimentos ni de educación, sino que ocupaba un cargo elegido por la ciudadanía para que con su voz defendiera los intereses públicos, voz que ella utilizó para lograr su beneficio personal”. Así resumió la
El autor del voto, el vocal Julio Guerrero Marín, hizo hincapié en la extensión del daño que causó Alé con su conducta y que -a su criterio- excedió la administración pública, afectando el sistema democrático en su conjunto y, con ello, toda la sociedad, “en cuanto una representante de los ciudadanos priorizó sus mezquinos intereses por sobre el mandato que le había sido concedido, buscando su beneficio personal o de sus familiares, lo cual no sólo es una oposición normativa intensa sino también una defraudación de la confianza popular en ella depositada”, indicó Guerrero Marín.
El juez también se refirió a las víctimas directas de lo ocurrido . “Eran todos trabajadores, que con el empleo conseguido –cuyos sueldos no eran precisamente altos- esperaban cierta estabilidad para poder progresar en la vida, situación que fue manipulada por Sara del Rosario Alé, en su calidad de legisladora provincial, para someterlos y hacerlos sujetos pasivos de sus finalidades delictivas”, explicó.
Al concluir la sentencia, el juez llamó a la ex legisladora a la reflexión. “Sara Alé debería reflexionar sobre la defraudación de las ideas democráticas que con sus actos realizó, como así también de la confianza de quienes la ubicaron con su voto en calidad de funcionaria pública representante de los intereses públicos”.
Juicio abreviado
Tras un largo laberinto judicial, hace poco más de 15 días la Justicia provincial dio por cerrada
El veredicto fue dictado por la
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