A los 56 años, Baltasar Garzón es quizás el magistrado más famoso en el mundo por su infatigable esfuerzo a favor de los derechos humanos como también la lucha contra la corrupción, las dictaduras de Argentina, y Chile, el narcotráfico, el terrorismo de ETA y el “terrorismo de Estado” contra ETA. “¡Vergüenza!”, “¡Vergüenza!”, gritaban centenares de manifestantes frente al portal del Supremo y en
El juez es de Jaen, donde nació en 1955 y alcanzó gran notoriedad como magistrado del juzgado número cinco de
Garzón logró la detención en Londres de Augusto Pinochet y, en una decisión histórica a favor de la “justicia universal”, que un tribunal español condenara al ex oficial de la armada argentina Adolfo Scilingo primero a 640 años de cárcel y después al doble. Para gran cantidad de españoles, la inhabilitación de Garzón, que prácticamente lo aparta de su brillante carrera judicial, es una venganza de la derechapor las actividades del juez, especialmente en el caso Gürtel, donde los imputados son personalidades y cargos electos del Partido Popular.
También por haber tenido el coraje de declararse competente para tratar los crímenes del franquismo, denunciada por los familiares de 114.000 desaparecidos, un caso único en Europa.
Nadie se había atrevido antes a imputar al dictador fascista Francisco Franco y a 37 de sus altos cargos militares y civiles.
Garzón dijo durante el juicio el mes pasado que había ordenado intervenir las conversaciones al considerar que podría existir connivencia entre los abogados y sus clientes para esquivar del alcance de la justicia española “millones de euros” ocultados en el extranjero.
Como han anunciado numerosas personalidades españolas e internacionales, la campaña contra Garzón ha contado con una escandalosa complicidad de la derecha. Por ejemplo, el Alto Tribunal ha aceptado que actúen como “acusación particular” dos organizaciones fantasmas de ultraderecha. Además, como la fiscalía ha pedido la absolución, se esperaba que de acuerdo a antecedentes anteriores el tribunal declarara que no podía actuar la “acusación particular” si a la defensa se sumaba un pedido de absolución de la fiscalía.
Por eso, el portavoz de la plataforma Solidarios con Garzón, Jordi Gordon, calificó de “vergüenza” la sentencia y opinó que “detrás de esta decisión judicial se esconden intenciones e intereses oscuros”.
Luis Navajas, fiscal del Tribunal Supremo, expuso su sospecha de que las acciones judiciales contra Garzón se deban más a su mediática personalidad que a sus acciones en la magistratura.
Fuente: http://www.clarin.com/mundo/Venganza-derecha_0_643735706.html
No hay comentarios:
Publicar un comentario